Los legisladores dirán que tu Evangelio es una ruina, y que es deber eliminarlo en beneficio del progreso…; pero al caer despeñados en la tumba del olvido, tus adoradores seguiremos exclamando: ¡Viva Cristo Rey!.
Los malos ricos, los altivos, los mundanos dirán que tu moral es de otro tiempo, que tus intransigencias matan la libertad de la conciencia…; pero, al confundirse con las sombras de la tumba y del olvido, tus hijos seguiremos exclamando: ¡Viva Cristo Rey!.
Los interesados en ganar alturas y dineros, vendiendo falsa libertad y grandeza a las naciones…, chocarán con la piedra del Calvario y de tu Iglesia, y al bajar aniquilados a la tumba del olvido, tus apóstoles seguiremos exclamando: ¡Viva Cristo Rey!.
Los heraldos de una civilización materialista, lejos de Dios y en oposición al Evangelio…, morirán un día envenenados por sus maléficas doctrinas; y al caer a la tumba del olvido, maldecidos por sus propios hijos, tus consoladores seguiremos exclamando: ¡Viva Cristo Rey!.
Los fariseos, los soberbios y los impuros habrán envejecidos estudiando la ruina, mil veces decretada, de tu Iglesia…; y al perderse, derrotados en la tumba del olvido, tus redimidos seguiremos exclamando: ¡Viva Cristo Rey!.
Sí, que viva. Y al huir de los hogares, de las escuelas, de los pueblos, Luzbel, el ángel de tinieblas, al hundirse eternamente encadenado a los abismos, tus amigos seguiremos exclamando: ¡Viva Cristo Rey!.
¡Viva en el triunfo de tu Eucaristía y de tu Iglesia! ¡Viva para siempre Cristo Rey!.
Padre Mateo Crawley
(1875-1956)
Señor Nuestro Jesucristo
Rey de las Naciones y de los corazones
Dios que todo lo creaste, lo redimiste,
y has hecho a nuestro pueblo cristiano;
mira con ojos benévolos a ésta nuestra querida Patria
Consagrada a Tu Santísima Madre
y escucha a tus hijos que quieren volver a Ti.
¡Oh Rey! cristianos hemos nacido,
y cristianos queremos ser
Nuestra Patria es su historia católica,
y su destino de grandeza es llevar
Tu nombre como Bandera.
Atiéndenos, Señor, en esta jornada aciaga,
y, si está en Tu Santísima Voluntad,
aparta de nosotros este cáliz de amargura
dándonos la gracia de reconquistarte la Argentina
Que tu Madre, Reina nuestra,
Conductora y Vencedora en la Lucha Final,
aplaste la cabeza del enemigo que avanza
extendiendo su Poder Internacional
Que el Ángel que custodia nuestro suelo
aparte de nosotros la perfidia sionista,
el terror comunista y la siniestra masonería.
Aniquilen Tus Arcángeles a las Sectas Invasoras,
y guarden a nuestras juventudes
de la corrupción mental y moral.
Pero no se haga nuestra voluntad, sino la Tuya;
y si prefieres para nosotros
la noche oscura de una pasión nacional.
Te pedimos, Rey de los Reyes,
no permitas que tu pueblo sea traidor,
Antes prepáranos y danos el triunfar en el martirio,
para la Gloria de Tu Divina Majestad,
en reparación por tanta historia laica,
y para que, bajo el Manto de la Virgen Soberana,
Te adoremos en la Patria Eterna,
con los que lucharon por Ti.
AMEN
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