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sábado, 31 de octubre de 2009

BARCOS EXTRANJEROS SE LLEVAN AGUA DEL PARANÁ Y LA VENDEN POR INTERNET


Negocio fácil: Lastran los buques con agua del Paraná para luego potabilizarla y venderla por Internet con montos cercanos a los 2.000.000 de pesos.

Muy parecido a una historia de Piratas es lo que sucede cuando arriban estos barcos a la Argentina para llevarse el agua y venderla al otro lado del Atlántico sin mayores restricciones de la estructura jurídica nacional o provincial.

Así de desmedido y paradójico es cómo empresas internacionales venden por internet el agua de los ríos argentinos a Medio Oriente y África, según la versión difundida en los últimos días por la ONG ecologista Río Paraná.

El agua dulce, dada su escasez en el planeta (3% del total), asoma como el mayor conflicto geopolítico del siglo XXI.

Argentina dispone de mucho ( 22.000 metros cúbicos por habitante al año), pero mal distribuida: dos tercios de su territorio es árido o semi árido. En este escenario, la empresa Makhena SA , con sede en Miami y sucursal en Buenos Aires, ofrece por internet agua dulce de los ríos de la llanura argentina. El Paraná es el más importante de ellos.

La empresa Makhena S.A., con sede en Miami y sucursal en Buenos Aires, expone en su página de Internet (www.makhena.com) las características del producto que ofrece al mercado (agua dulce, cruda, sin tratamiento), el origen (ríos de llanura, en Argentina), las cantidades (entre 60.000 y 70.000 toneladas por envío), el uso (potabilización y consumo, riego, etc..) y la forma de transporte (buques tanque). El negocio es redondísimo y casi sin riesgos. Vender un recurso barato, a precios altísimos, claro que a partir de “un elemento insustituible que, a pesar de ser renovable, su escasez se manifiesta a medida que aumentan las demandas y conflictos por su uso”, tal como admite la misma empresa en su web.

En concreto lo que hacen es esto: Se llevan el agua del litoral del país en el lastre de los barcos. Cualquier buque, para poder navegar, tiene que estar lastrado, con cierto peso para mantenerlo equilibrado. Para que pueda navegar sin zozobras, debe cargar cierto volumen en sus bodegas, así, descargan la mercadería en puerto argentino y cargan agua dulce (también en puerto argentino) “para la vuelta”, y la venden en los mercados del Medio Oriente, África y Europa donde luego la potabilizan. La cargan en el Paraná porque el agua está menos contaminada que en el Río de la Plata.

Hasta ahora no hay ninguna ley que regule el “tráfico clandestino de agua dulce”, lo hacen impunemente a la vista de todo el mundo y en las propias narices de la prefectura naval Argentina, que sabe lo que hacen pero que no tienen los instrumentos jurídicos para poder actuar.

Mientras tanto por los ríos del Delta del Paraná, los vemos navegar todos los días, llevándose nuestros recursos naturales en sus bodegas gratuitamente.

Tratamiento del tema en la provincia de Misiones

Mediante un proyecto de comunicación, el legislador justicialista misionero Ricardo Biazzi propicia que la Cámara de Representantes de la Provincia de Misiones, se dirija al Poder Ejecutivo para que informe si está en conocimiento de la realización de operaciones que impliquen la exportación de agua dulce extraída de los cursos hídrico existentes en la provincia de Misiones por parte de personas físicas o jurídicas dedicadas a dicha actividad. En caso afirmativo, medidas adoptadas y comunicaciones dispuestas a organismos nacionales e internacionales con incumbencia en la materia.

En igual sentido sería oportuno -señala Biazzi que los representantes de la Provincia ante foros específicos y entes supranacionales (Mercosur, en particular), incluyeran la cuestión para el tratamiento conjunto y coordinación de acciones con otros estados, provincias y departamentos de la región.

Comercialización

Por si resultara insuficiente la información, Alberto Cholewa, uno de los socios de la empresa Mackena, al ser consultado por el diario Uno de Santa Fe, el 12 de noviembre de 2008, acerca de la realización de ese tipo de comercio, admitió: “Sí, pero eso lo hacemos a granel y sin procesar.

-¿Qué costo tiene para el comprador un buque cargado de agua dulce con capacidad para 70 mil toneladas?

-Un buque de ésos, si va a Medio Oriente, hay que calcular unos dos millones de dólares. A Estados Unidos cuesta un poco menos, pero para ese país el producto es otro. Allí demandan agua mineral envasada. Ese tipo de negocios es más para Medio Oriente, África, lugares que tienen una necesidad de agua en grandes cantidades y que no necesitan que sea mineral, sino que sea potable.

-¿De dónde sacan el agua?

-Por lo general hacemos algún joint venture con alguna Municipalidad de la provincia de Santa Fe o Buenos Aires. Eso estaba en nuestros planes, pero fracasó por cuestiones organizativas. La intención era tomar agua del río Paraná como lo hacíamos antiguamente, potabilizábamos para alguna población, habíamos hablado con la Municipalidad de Villa Constitución, y luego el agua filtrada sin tratar la exportábamos”.

La información precedente alertó a varios medios de comunicación y a distintos legisladores de las provincias de Entre Ríos y Santa Fe especialmente. Así, el Senado de ésta Provincia acaba de dar media sanción a un proyecto de ley por el que directamente se prohíbe la exportación de agua desde el territorio santafesino.

Sobre este tema el doctor en Química Deonaldo Carabajal indicó que están promoviendo una Ley Nacional que prohíba la exportación de agua.

“El tema es gravísimo. Nos están sacando un recurso vital y nadie parece preocuparse. La gente no está enterada y los políticos no toman debida atención”.

El especialista advirtió que “sobre el problema” que padecerán las próximas generaciones, ya que, sostuvo, “los que vienen y se llevan el agua no tienen grandes costos. No hay ninguna ley que lo prohíba. Explicó que en el mundo el 78% de la superficie de la tierra es agua; de ese porcentaje, el 3% es agua potable, dulce. Y de ese 3%, el 1% está en el Acuífero Guaraní, un estratégico reservorio de agua que ocupa 1.190.000 km2 bajo los suelos de la Argentina, Paraguay, Brasil y Uruguay. “Antes apuntaron a la India y Africa; ahora nos toca a nosotros. Se están llevando la última riqueza que nos queda”, opinó.

A su vez, la Provincia de Entre Ríos mediante una comunicación legislativa requirió información en igual sentido al señalado precedentemente, y solicitó a los legisladores nacionales que impulsen normativa tendiente a la “protección de agua dulce” en el país, prohibiendo su exportación hacia otros países, o que regulen la comercialización para los casos en que la situación lo justifique.

FUENTE: ECO SIGLO

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