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miércoles, 31 de agosto de 2011

¿POR QUE EMULAR A HEROES Y SANTOS?



Por Cecilia


Está claro que los tiempos actuales llevan inevitablemente a la superficialidad de ideas y actos.

Sin ir más lejos: ¿cuánta gente que lee este título llegará a leer el artículo en su totalidad? ¿cuántos lo dejarán a medio terminar? Esto demuestra la tendencia a la inconstancia en las personas, la falta de manejo de la propia voluntad, la falta de formación del propio carácter. Cualquier motivo (no tenía ganas de leerlo, aburrimiento, pusilanimidad, ect), cualquier excusa para no terminar con algo que se había comenzado…

Son defectos propios de los tiempos en que vivimos: la indisciplina, la cobardía por un sacrificio mínimo, ausencia de constancia y de esfuerzo. Las pasiones son las que dominan a la inteligencia, anestesiándola de su función por excelencia: ordenar, dirigir, tomar el control del cuerpo, sometiéndolo a la razón.


El dominio de uno mismo es el que forma los caracteres. Debe ser constante y metódico. Para llegar al dominio de uno mismo es necesario privarse de algunas cosas lícitas, pues si uno no se priva de cosas lícitas, no será posible negar todas las ilícitas.


Es en el silencio y la oración donde el hombre aprende a ordenar las ideas, coordinar los pensamientos y ordenarlos conforme al orden que Dios establece. Ahí aprende a reflexionar, a distinguir las cosas reales y nobles de las falsas y veleidosas.

Es necesaria la disciplina, educar al alma a seguir la voluntad de Dios, la cual se ha manifestado en el silencio y recogimiento y así escoger ordenadamente el ideal que nos moverá el resto de nuestra existencia.


La falta de ideales nobles y, sobre todo la falta de constancia y disciplina quizá sea la respuesta más elocuente de por qué hoy carecemos de grandes héroes y santos.
Lo difícil no es formular ideales, sino cumplirlos, llevarlos a cabo.
Los santos y los héroes llevaron a cabo sus ideales a pesar de contar con iguales o mayores dificultades que las que nosotros experimentamos en la actualidad.

Es necesario emular a los héroes y santos, porque ellos nos comprueban que no es imposible llegar a concretar los ideales y porque sólo ellos pueden ser llamados verdaderamente hombres, puesto que cumplieron con el fin para el cual fueron creados: la santidad, o en un plano natural, la heroicidad, como los mártires de nuestra Patria.


¿Qué es tener un ideal?


Tener un ideal significa tener una idea concreta, nítida, fija. Una tendencia hacia la cual uno debe dirigirse consecuentemente en la vida. El ideal Debe:


* Estar en armonía con el fin último, que es Dios.

* Ser conforme a las aptitudes reales de la persona.

* Debe hallarse fuera de nosotros y ser superior a lo que tenemos.

* Ser práctico, concreto, verdadero, realizable en el momento presente.

* Resumirlo en pocas palabras, en un nombre o estandarte que identifique este ideal.



Cuando el ideal es malo, desune las potencias (pues la inteligencia propone algo malo o fantasioso, que ataca a la conciencia y la voluntad lo llevará a cabo dificultosamente o con violencia).

Cuando el ideal es bueno, da fuerza a la inteligencia y voluntad, las une y pacifica al alma.


Muchos dirán que no tienen inteligencia suficiente como para ser santos o héroes, sin embargo una gran inteligencia carente de fuerza de voluntad no llegará lejos. El carácter se mantiene firme en lo que considera verdadero. La voluntad es la que hace al hombre grande o pequeño, no su entendimiento. Y todos tenemos voluntad. La potencia de la voluntad será conforme a la disciplina con la cual la ejercitemos haciendo lo que la inteligencia nos indica.


¿Por qué emular a los héroes y santos?


Simplemente porque no merece la pena vivir pensando que otros son los que deben hacer las cosas y quedarnos estancados en la mediocridad del resto del mundo.


¡Adelante, pues!
El Nacionalismo es un ideal noble y hermoso, agradable a Dios, fácil de concretar cada día en pequeñas cosas.
Es una obligación grave amar a la Patria, pero es un acto noble concretar ese amor en un ideal y dedicar la vida llevando a otros a levantar al país desde lo más oculto de una provincia.
Si se persevera, si se es constante en amar a Dios llevando por estandarte la Patria, no sólo se conseguirá ser un héroe, sino quizá también un santo.




REVOLUCION

Por Jose Antonio Primo de Rivera

Se que algunos amigos están bastante asustados con esto de que cada vez use más la palabra "revolución" en mis manifestaciones políticas. No será inútil aprovechar las vacaciones que a toda propaganda escrita y oral impone el encantador estado de alarma para explicar lo que quiero decir cuando digo "revolución".

Yo calculo que a nadie se le pasará por la cabeza el supuesto de que la "revolución" apetecida por mí es la "revuelta", el motín desordenado y el callejero, la satisfacción de ese impulso a echar los pies por alto que sienten, a veces, tanto los pueblos como los individuos. Nada más lejos de mis inclinaciones estéticas. Pero más aún de mi sentido de la política.
La política es una gran tarea de edificación; no es la mejor manera de edificar la que consiste en revolver los materiales y lanzarlos al aire después, para que caigan como el azar disponga. El que echa de menos una revolución suele tener prefigurada en su espíritu una arquitectura política nueva, y precisamente para implantaría necesita ser sueño en cada instante, sin la menor concesión a la histeria o a la embriaguez, de todos los instrumentos de edificar.

Es decir: que la revolución bien hecha, la que de veras subvierte duramente las cosas, tiene como característica formal "el orden".

Ahora que el orden, por sí mismo no es bastante para entusiasmar a una generación. Nuestra generación quiere un "orden nuevo".
No está conforme con el orden establecido. Por eso es revolucionaria





Vivimos en estado revolucionario. Y este ímpetu revolucionario no tiene más que dos salidas: 0 rompe, envenenado, rencoroso, por donde menos se espere, y se lo lleva todo por delante, o se encauza en el sentido de un interés total, nacional, peligroso, como todo lo grande, pero lleno de promesas fecundas.


Mis amigos, que ahora se asustan de un vocablo, prefieren, sin duda, confiar en la política boba de "hacerse" los "distraídos" ante la revolución pendiente, como si no pasara nada, o la de querer ahogarla con unos miles de guardias más.
Pero ya me darán la razón cuando unos y otros nos encontremos en el otro mundo, adonde entraremos, después de ejecutados en masa, al resplandor de los incendios, si nos empeñamos en sostener un orden injusto forrado de carteles electorales.


viernes, 19 de agosto de 2011

LA ULTIMA ELECCION Y UNA ENSEÑANZA A TENER EN CUENTA.

Por Alberto Buela


Hay una vieja anécdota de Perón en un reportaje español cuando le pregunta el periodista: “¿General, cómo se divide el panorama político argentino?.
Mire, hay un 30% de radicales, lo que Uds. entienden por liberales. Un 30% de conservadores y otro tanto de socialistas. Pero, General, y donde están los peronistas?. ¡Ah!,no, peronistas son todos.” La última elección nacional de hace unos días mostró que ese diagnóstico del viejo Perón cambió.
Hoy hay, a grandes rasgos, un 15% de radicales (liberales del siglo XIX), un 15% de socialistas (también dependientes siglo XIX). Otro 15% de conservadores (partidarios de Duhalde y Rodríguez Saa), un 5% de la izquierda (del siglo XIX). Y un 50% de kirchneristas, partidarios del matrimonio Kirchner, que gobiernan Argentina desde hace ocho años.
Este es le hecho bruto y hay que aceptarlo.

El oficialismo gobernante ofreció al electorado un comando unificado, un discurso progresista y once millones y medio entre empleados del Estado, las provincias y los municipios, más los planes “descansar”, y los subsidiados de todo tipo ( piqueteros, estudiantes crónicos, padres de múltiples hijos de múltiples matrimonios, madres, abuelas, hijas y nietas de Plaza de Mayo, combatientes truchos de Malvinas, obreros y empleados de empresas fundidas intentando reciclarlas, obras sociales de gremios fraudulentos y un largo etcétera). Mientras que la oposición nunca fue tal, sino sólo tuvo una multitud de opositores que confundieron el enemigo principal con el secundario. Así, Duhalde dos días antes de la elección lanzó, con bombos y platillos una revista de pensamiento denominada “Consensos”, como si estuviera él gobernando, en lugar de plantear un “disenso claro y distinto” al gobierno kirchnerista que buscaba desalojar. El kirchnerismo triunfó porque su discurso supo interpretar al “nuevo hombre argentino o al argentino del siglo XXI”.

Este hombre no corre riesgos ni tampoco tiene ideales, sólo tiene intereses personales y sobre todos económicos. Este hombre dejó de destacarse por algún rasgo específico como pretendían nuestros próceres de antaño y de hogaño como Rosas, Hernández, Juan Agustín García, Ernesto Quesada, Ricardo Rojas, Lugones, R. Sáenz Peña, Yrigoyen, Jauretche, Scalabrini Ortíz, Perón. Hoy el hombre argentino ha cambiado, ha dejado de ser lo que era. Es otra cosa, es distinto y al mismo tiempo mucho más igual, más homogeneizado al “hombre universalista de pensamiento único”. (Veamos Tinelli, Casella o Fantino y saque cada uno sus conclusiones).

Es cierto que las diferentes estrategias electorales de la oposición fueron erróneas como ya vimos, pero su derrota aplastante tiene otra explicación y es que no se percataron que desde la debacle económica-política del 2001 se produjo un cambio sustancial en el arquetipo, ideario y convicciones del hombre argentino y a éste no se le puede pedir ya más “peras al olmo”.Todo el discurso de los tres quinces por ciento fue un discurso viejo, del pasado, vinculado el desastre y quiebra que padecimos en el 2001, cuando el pueblo salió a la calle a gritar: “que se vayan todos”. Y estos quisieron volver y el pueblo les dijo: no, con un cachetazo formidable de votos.Ahora tenemos kirchnerismo para cuatro años más, con lo completará un período de doce años de gobierno ininterrumpido, que se transformará en el mayor de la historia política argentina bajo un mismo color partidario.

El poder de Cristina Kirchner se multiplicará en una especie de “totalitarismo democrático” y la corrupción desde el Estado también, pues como afirmó lord Acton: el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. (Bandieri, que no es tonto, ya la dibujó como una reina).Esta última elección ha confirmado que el kirchnerismo es la ideología política dominante en Argentina, pero, ¿qué es tal ideología?.
Abreva de entrada en el peronismo, del que rápidamente se desprende, bebe en las fuentes de la socialdemocracia europea, sobre todo española (González y R.Zapatero), adopta el discurso progresista que presenta el pensamiento único y políticamente correcto (así es abortista, partidario del matrimonio gay, alquiler de vientres en Estados Unidos para hijos de homosexuales, permisividad educativa regida por la ley del laissez faire, garantismo jurídico, tinte marcadamente anticatólico y pro israelita a nivel local, ( había un cartel en los muros de Policlínico bancario que decía: Kirchner se pelea siempre con la Iglesia, pero nunca con los judíos), manejo de la inseguridad como política de Estado para control de la población por el temor, culturalmente antiespañol (compró la leyenda negra) , indigenista (compró el genocidio de Roca) ilustrado europeizante (compró a Morin, Laclau, Augé), y un largo y claro oportunismo en todas las decisiones políticas, que pueden cambiar de la noche a la mañana sin aviso previo). Eliminado el sistema de lealtades sobre el que se construyó la Argentina moderna: lealtad a la mujer y a la familia, a la tradición nacional, a los valores patrios, a la revolución peronista que quedó inconclusa.

Eliminados el sistema de valores que construyeron al “viejo argentino”, valor al trabajo, a la palabra empeñada, al ahorro, al aseo, a la modestia, a la revolución que no pudimos completar con Sáenz Peña, Irigoyen y Perón. Solo queda este “nuevo hombre” motivado por sus propias y pequeñas cosas, en sus intereses más bajos, al que le cuadra perfecto la ideología kirchnerista y el mundo de disvalores que representa. Hay que aceptarlo, aunque no nos guste, pero hombre “nacional y popular” del que hablaron toda la vida el peronismo y el nacionalismo no existe más y si existe es una ínfima minoría que apenas llega a un 15%.
Pero además esta, es una minoría confusa y confundida. Confusa porque sus propios intelectuales y agentes políticos no saben bien lo que quieren. Intelectuales que abrevan en las fuentes ideológicas del progresismo socialdemócrata de un Edgar Morin, que es una de las fuentes del kirchnerismo y agentes políticos que ponen como candidatos de primera línea a nombres como Rukauf, desprestigiados y despreciados por el pueblo peronista.

En la vida no hay que ser un renegado ni perder las esperanzas aun cuando las circunstancias sean adversas. Y en este caso no podemos renegar del masivo voto popular a la candidatura de Cristina Kirchner y esperemos simplemente que este tercer gobierno sea mejor que los anteriores por el bien de nuestro propio pueblo, y que realice un gobierno de respeto a la voluntad de las mayorías nacionales y no a favor de grupos, sectores o lobbies. Porque lo que es hasta ahora, hizo como el tero, gritó en un lado y puso los huevos en otro.
Criticó a los grupos concentrados de la economía y las finanzas pero gobernó, de hecho, con y a favor de estos grupos.
En el mientras tanto, nosotros, y los pocos criollos que vamos quedando, desensillaremos hasta que aclare porque vislumbramos que vamos a tener nubarrón para rato.Los hombres y mujeres que quedan del peronismo auténtico se tienen que asumir como una minoría, que como me observara ya en 1988 ese gran nicoleño que es Roberto Karaman, tiende a desaparecer.

viernes, 12 de agosto de 2011

12 DE AGOSTO ¡DIA DE LA RECONQUISTA!





Para algunos este acontecimiento trascendental para la existencia patria no tiene importancia. Años de facilismos, mediocridad , ignorancia y desargentinización hicieron lo suyo.


En cambio, para otros , es decir para nosotros , ¡SI LO TIENE!


Ese día, 12 de Agosto de 1806 , los pueblos del Río de la Plata arraigados , con vocación de grandeza e inclinados a luchar contra todo y todos por la verdadera libertad, le dieron su merecido a las tropas inglesas que habían decidido invadir nuestro terruño para someternos en todo sentido.
Frente a los piratas ingleses, poderosos por dónde se los mirara, los defensores de la Identidad Nacional no se achicaron . Y cómo iban a hacerlo si estaban en juego la misma Libertad , la Justicia y el Destino en Común? Muchos dejaron sus familias, bienes materiales y, por sobre todo, la indiferencia para con la cosa pública que siempre hiere de muerte a los pueblos que la aplican.
La convocatoria era clara y simple, ¡POR LO NUESTRO!
Así se alistaron en el bando defensor, personas de extracciones diferentes étnica y socialmente hablando.


Entendieron que cuando el Bien Común es amenazado y atacado, las accidentales diferencias no deben primar. La tan traída lucha entre ricos y pobres, entre blancos y mestizos y/o indígenas y entre hombres y mujeres, es pugna que no beneficia en nada a la PATRIA.


Muy alejados de esas tonterías, sólo les importaba recuperar la PATRIA perdida desalojando con Orgullo y Honor a los intrusos que venián a cambiarles la religión, la cultura y la vida socio-política-económica.
A esos verdaderos forjadores y sostenes de la Nacionalidad, no les importó para nada dejar a un lado los placeres de la vida, la comodidad y el "no te metás" tributario de la " existencia inauténtica ".


Sus nombres nos llegan desde el fondo de la historia nacional, sus actos nos llenan de orgullo y amor por el suelo donde nacimos y en el que queremos morir .
En esta época donde prevalece lo antiargentino, la estupidez y la ausencia de amor al compatriota, es necesario volver la mirada a los que hicieron que la Nación fuera ella y no otra. Es necesario luchar por la Identidad, limpiar la tierra de nuestros mayores de tantos traidores y bregar por un futuro promisorio.

Hoy como Ayer ¡ARGENTINA PARA LOS ARGENTINOS!


¡ARRIBA LOS VALORES HISPANICOS!

BENDITA SEAS, SI, BENDITA SEAS...