11.552 víctimas argentinas (*) fueron representadas en el exterior. Tal vez sean las palabras de la directora de la Fundación “Víctimas Visibles” de Colombia el mejor resumen del multitudinario evento: “porque las víctimas son más importantes que los victimarios“.
El Vº Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo realizado en Colombia el pasado mes de mayo, del que participaron más de 1300 acreditados entre periodistas, organizaciones no gubernamentales y víctimas directas representantes de Francia, Ruanda, Egipto, Estados Unidos, Colombia, México, Irlanda del Norte, Argentina y Chile, cerró sus deliberaciones con el objetivo de despertar en el mundo un auténtico compromiso en la defensa de la paz y la expresa determinación de rechazar cualquier forma de violencia como vía de reclamo.
Los discursos inaugurales, que estuvieron a cargo de Felipe de Borbón, príncipe de Asturias y del presidente colombiano Álvaro Uribe, contuvieron un firme pronunciamiento contra ese flagelo y reclamaron el compromiso mundial de estados y sociedad para avanzar hacia la cooperación global en la condena y el castigo del terrorismo.Estos encuentros fueron impulsados por las universidades Sergio Arboleda (Colombia) y San Pablo (España) que se plantearon que las casas de altos estudios no sólo deben representar ámbitos para la investigación y el estudio de artes y ciencias. Así dieron origen a estos congresos internacionales de víctimas del terrorismo, con el propósito de constituir un espacio de reflexión y apertura para dignificar a las víctimas y concientizar a las sociedades. Memoria, justicia, reparación se volvieron objetivos concretos de la prédica. En ese cometido superior, lograron el apoyo de gobiernos, organizaciones de victimas y periodismo internacional. “No importa de dónde provenga el terrorismo, el daño que causa en la dignidad del ser humano es el mismo” sostienen.
La delegación de CELTYV, invitada al Congreso por los organizadores, llevó al encuentro, además, la representación oficial de la Federación Latinoamericana de Victimas, conformada por el CEDDHHU de Uruguay, la Asociación JURE de Chile y al AFAVIT de Perú.
Testimonios desgarradores se escucharon a lo largo de los dos días de reuniones. María Victoria y María Elvira Paz, panelistas en la mesa latinoamericana representando a la Argentina compartieron ese espacio con la ex rehén de las FARC, Clara Rojas y las víctimas chilenas, Carmen Quintana y el senador Juan Pablo Letelier.
Las hermanas, hijas del ingeniero José María Paz asesinado por la Organización Terrorista Montoneros en l974 y cuya muerte aún se mantiene impune, pidieron transformar las marcas de la violencia en fortalezas, señalando que todos los allí presentes habían transmitido una lección de humanidad, de convicción y de trabajo conjunto.
María Victoria Paz recordó que las organizaciones terroristas argentinas constituyeron verdaderas tropas organizadas que contaron con soporte del exterior. “Ante tan desgarrador ataque y en medio de una violencia sin tregua, tomé la decisión de clausurar mi dolor para educarme. Crecí con el recuerdo del ejemplo de mi padre. Me llevó más de 30 años en los que sentí una profunda deuda hacia él. Sabía que era mi deber trabajar por los que ya no tienen voz. Recién ahora estoy preparada” señaló.
Hasta marzo de 2009, el CELTYV lleva registrados 11.552 casos de ciudadanos agredidos por el terrorismo, por lo que su misión es la de trabajar para sacar a las víctimas del olvido y otorgarles la consideración social que merecen pues, como se proclamara en todos los idiomas en las dos jornadas del Congreso -dijo Paz- no hay justificación posible ante el ataque terrorista, ni hay justificación ante el silencio de la sociedad.”
Para finalizar, comentó la decisión surgida en el encuentro de trabajar juntos por una legislación internacional unificada que considere “crímenes de lesa humanidad” (y por lo tanto imprescriptibles) los actos terroristas; una legislación con competencia y jurisdicción de tribunales internacionales que evite las presiones de los gobiernos de turno.
El Director General de Apoyo a Víctimas del Terrorismo del Ministerio del Interior de España, por su parte, reclamó “que no dependa la reparación a la víctima en que su victimario sea guerrillero, paramilitar o agente estatal… que no haya víctimas de primera y de segunda”.
“Si siento odio, no soy mejor que un terrorista” comentó Lee Ielpi, un ciudadano norteamericano, veterano de Vietman quien perdió a su hijo en el ataque del 11 de septiembre sobre las Torres Gemelas ocurrido en Nueva York. “No puedo traer a mi hijo de vuelta pero puedo hacer del mundo un mejor lugar para mis nietos” agregó emocionado con la oportunidad de conocer personalmente otras víctimas de acciones similares.
En tanto Yolande Mukagasana recordó las 800.000 víctimas del genocidio ruandés en 1994 y exhortó al mundo a no olvidar aquella atrocidad en la que ella perdió a sus tres hijos, su marido y tres hermanos. “Me recuperé en la fosa común donde yacen mis hijos. Encontré ahí mi punto de apoyo para continuar amando tras sentir odio” dijo al proponer la creación de una red mundial de asociaciones de víctimas del terrorismo.
El Congreso, que se volverá a reunir el año próximo en España, fue clausurado por el presidente mexicano Felipe Calderón.
Ley, justicia, memoria y un decidido rechazo al odio fueron los conceptos unánimemente reiterados por todos los disertantes y que se convirtieron en mensaje y objetivo.
(*) Al mes de junio de 2009, la cifra de víctimas que se han encontrado por la investigación desarrollada por CELTYV, arroja la cifra de 13.500 víctimas del terrorismo.
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