Estamos hartos de esa poesía
que anda por ahí,
poesía de ¡Ay de mí!;
de ascos expandidos
de puras apariencias
de llantosy vencidos.
Cómo hastía la propuesta vacía
(conocido argumento)
de oír a Onán,
de escuchar su lamento
de lo que no pudo ser.
Como cansa ya ver
escupir a lo Alto.
Pensamos entonces
en almas de fuego
en poemas de asalto.
Nos gusta el verso vivo
el del avance constante
que proponga consigo
ir siempre adelante.
Poesía como junco, flexible.
Sin espíritu vil,
poesía de un sacerdocio
que no vista de civil.
Poesía con el brazo, las ansias y el sol
en lo alto,
te escribo con mi vida:
¡Poesía de Asalto!
GABRIEL RUIZ DE LOS LLANOS
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