Patria mía, nada pido para amarte,
no pretendo de tus riquezas, el gozo,
no es el miedo a un maltrato desdeñoso
lo que impide que yo deje de adorarte.
Me preocupas, patria mía,al observarte
sofrenada por valores alterados,
me acongoja ver tus sueños postergados
y me inquietan tus derrotas y desastres.
Me conmueve tu bondad y es tal el peso
que con santa devoción mi vida entera
la daría por tu bien, si esclava fueras.
Infinito es este amor que te profeso
a tal punto que si no fueras perfecta
no influiría en la pasión que mi alma lleva.
no pretendo de tus riquezas, el gozo,
no es el miedo a un maltrato desdeñoso
lo que impide que yo deje de adorarte.
Me preocupas, patria mía,al observarte
sofrenada por valores alterados,
me acongoja ver tus sueños postergados
y me inquietan tus derrotas y desastres.
Me conmueve tu bondad y es tal el peso
que con santa devoción mi vida entera
la daría por tu bien, si esclava fueras.
Infinito es este amor que te profeso
a tal punto que si no fueras perfecta
no influiría en la pasión que mi alma lleva.
Aurelio Agustín Pernas
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