POR DON JAVIER BELLIDO
(Sociedad moribunda y pestilente, de padres asesinos que abortan a sus hijos)
Gran parte de la sociedad está inmersa en una demencia colectiva, viva expresión de maldad, necedad e imbecilidad de un pueblo.
Se miente, se manipula y se desprecia a la mujer.
Un abortorio es un negocio legalizado y subvencionado, porque es más barato financiar un abortamiento que ayudar a una madre y a su hijo.
Engañan a la mujer. Antes se decía: “A lo hecho, pecho”. Ahora tratan el embarazo como una enfermedad contagiosa, como un tumor a extirpar.
Una hipocresía pestilente, declara legal un atentado letal. Los trastornos psicológicos que aducen en las gestantes, son los suyos, la gran colitis mental de los legisladores.
La hipocresía es el plato del día: establecen controles en los mataderos para que no sufran los cerdos, mientras trituran las cabecitas de los bebés; multan a una madre por pegar una bofetada a su hijo de nueve años, mientras le animan a asesinar al otro de dos meses de gestación, o, aun más divertido, te multan (están más protegidos) por perseguir a un apestoso lince o coger un huevo del hediondo buitre carroñero... ¡QUÉ PANDILLA DE DISMINUIDOS MENTALES! Protegen la flora y la fauna mientras promocionan infanticidios.
Sólo se habla de la madre... Y ¿El padre qué? La mujer no queda embarazada con la humedad de la noche. El hombre es también responsable del embarazo y del abortamiento
La hipocresía raya la subnormalidad y el analfabetismo cuando niegan el derecho de persona (a vivir) al nuevo ser desde el mismo instante de la concepción. Entre todos: abortantes, abortadores y abortistas, entre los que predominan los hombres, se cuidan muy mucho de legitimar el GRAN HOLOCAUSTO, el GRAN MATADERO.
UN ABORTAMIENTO:
Es un ACTO TERRORISTA contra la naturaleza, la familia y la sociedad. Es una monstruosidad.
Es un ATENTADO MORTAL contra la ley natural, la maternidad y la paternidad.
Las leyes de la naturaleza (que, por suerte, no son democráticas; sería un caos) son como nuestro “Manual de Instrucciones” o nuestro “Código de Funcionamiento”. Si las despreciamos, pagaremos las consecuencias, porque: “Dios perdona siempre; los hombres, algunas veces, pero la naturaleza no perdona jamás”.
Un abortamiento es la degeneración de la mujer (“¿Puede una mujer olvidarse del fruto de sus entrañas?”). Sólo un dato: En España, en 2008, el 80 % de suicidios de jóvenes, fueron de mujeres que habían abortado.
El aborto es también una GRAN ESTAFA a la sociedad (que, en el fondo, se la merece), porque le estamos privando de los investigadores que harían avanzar a la Humanidad y también impedimos el relevo generacional que costeará la Seguridad Social de nuestra vejez... ¡Bueno! Piensan equilibrar la balanza de pagos mediante la eutanasia. Pienso que entre los no nacidos (asesinados) y las suicidadas, quedarán pocos para contarlo.
EL ABORTO ES UN TORCIDO, NO UN DERECHO
Hay que ser muy retorcido, como “el señor de los cuernos”, para no reconocer y defender a un humano indefenso... Hay que ser muy mal nacido. Hay mucho aborto ambulante por nuestras calles.
No hay que ser muy listo para reconocer un árbol gigantesco en la diminuta semilla de una secuoya. Aunque es de humanos errar, algunos cuadrumanos deberían llevar herraduras.
Es un “torcido” porque es “el mundo al revés”. Una sociedad de imbéciles, que mata a sus ciudadanos, es agónica y se arrastra hacia el vertedero.
Es un “torcido” (el timo “del derecho de la madre”) porque una madre no tiene ningún derecho sobre su hijo, que es un ser libre e independiente; tendrá la libertad de abortar el derecho a vivir de su hijo... Es un fracaso para la mujer.
El ABORTO ES UN FRACASO DE LA SOCIEDAD, propio de países subdesarrollados humana y moralmente. Es un timo, una estafa intelectual. La cultura de la muerte nos llevará, sin ningún género de dudas, a la muerte de la sociedad (me refiero a una sociedad compuesta por personas) y al crecimiento de la cabaña nacional (rebaños de todo tipo).
EL ABORTO ES LA LEPRA DEL SIGLO XXI (como la lepra, cae la carne a trozos en las trituradoras de los abortaderos).
La cacareada “Protección de la Naturaleza” es una farsa, una camama; estamos destrozando la naturaleza para vivir nuestra “buena vida” y, a nuestros hijos, que los parta un rayo (o el abortador de turno). Si nos preocupásemos de la naturaleza, de la ecología, del Planeta, no mataríamos la gallina de los huevos de oro, nuestros hijos.
Mienten, engañan con eufemismos ridículos, llamando “Interrupción del Embarazo” a un abominable acto criminal. Cada cosa por su nombre.
Gran parte de la sociedad está inmersa en una demencia colectiva, viva expresión de maldad, necedad e imbecilidad de un pueblo.
Se miente, se manipula y se desprecia a la mujer.
Un abortorio es un negocio legalizado y subvencionado, porque es más barato financiar un abortamiento que ayudar a una madre y a su hijo.
Engañan a la mujer. Antes se decía: “A lo hecho, pecho”. Ahora tratan el embarazo como una enfermedad contagiosa, como un tumor a extirpar.
Una hipocresía pestilente, declara legal un atentado letal. Los trastornos psicológicos que aducen en las gestantes, son los suyos, la gran colitis mental de los legisladores.
La hipocresía es el plato del día: establecen controles en los mataderos para que no sufran los cerdos, mientras trituran las cabecitas de los bebés; multan a una madre por pegar una bofetada a su hijo de nueve años, mientras le animan a asesinar al otro de dos meses de gestación, o, aun más divertido, te multan (están más protegidos) por perseguir a un apestoso lince o coger un huevo del hediondo buitre carroñero... ¡QUÉ PANDILLA DE DISMINUIDOS MENTALES! Protegen la flora y la fauna mientras promocionan infanticidios.
Sólo se habla de la madre... Y ¿El padre qué? La mujer no queda embarazada con la humedad de la noche. El hombre es también responsable del embarazo y del abortamiento
La hipocresía raya la subnormalidad y el analfabetismo cuando niegan el derecho de persona (a vivir) al nuevo ser desde el mismo instante de la concepción. Entre todos: abortantes, abortadores y abortistas, entre los que predominan los hombres, se cuidan muy mucho de legitimar el GRAN HOLOCAUSTO, el GRAN MATADERO.
UN ABORTAMIENTO:
Es un ACTO TERRORISTA contra la naturaleza, la familia y la sociedad. Es una monstruosidad.
Es un ATENTADO MORTAL contra la ley natural, la maternidad y la paternidad.
Las leyes de la naturaleza (que, por suerte, no son democráticas; sería un caos) son como nuestro “Manual de Instrucciones” o nuestro “Código de Funcionamiento”. Si las despreciamos, pagaremos las consecuencias, porque: “Dios perdona siempre; los hombres, algunas veces, pero la naturaleza no perdona jamás”.
Un abortamiento es la degeneración de la mujer (“¿Puede una mujer olvidarse del fruto de sus entrañas?”). Sólo un dato: En España, en 2008, el 80 % de suicidios de jóvenes, fueron de mujeres que habían abortado.
El aborto es también una GRAN ESTAFA a la sociedad (que, en el fondo, se la merece), porque le estamos privando de los investigadores que harían avanzar a la Humanidad y también impedimos el relevo generacional que costeará la Seguridad Social de nuestra vejez... ¡Bueno! Piensan equilibrar la balanza de pagos mediante la eutanasia. Pienso que entre los no nacidos (asesinados) y las suicidadas, quedarán pocos para contarlo.
EL ABORTO ES UN TORCIDO, NO UN DERECHO
Hay que ser muy retorcido, como “el señor de los cuernos”, para no reconocer y defender a un humano indefenso... Hay que ser muy mal nacido. Hay mucho aborto ambulante por nuestras calles.
No hay que ser muy listo para reconocer un árbol gigantesco en la diminuta semilla de una secuoya. Aunque es de humanos errar, algunos cuadrumanos deberían llevar herraduras.
Es un “torcido” porque es “el mundo al revés”. Una sociedad de imbéciles, que mata a sus ciudadanos, es agónica y se arrastra hacia el vertedero.
Es un “torcido” (el timo “del derecho de la madre”) porque una madre no tiene ningún derecho sobre su hijo, que es un ser libre e independiente; tendrá la libertad de abortar el derecho a vivir de su hijo... Es un fracaso para la mujer.
El ABORTO ES UN FRACASO DE LA SOCIEDAD, propio de países subdesarrollados humana y moralmente. Es un timo, una estafa intelectual. La cultura de la muerte nos llevará, sin ningún género de dudas, a la muerte de la sociedad (me refiero a una sociedad compuesta por personas) y al crecimiento de la cabaña nacional (rebaños de todo tipo).
EL ABORTO ES LA LEPRA DEL SIGLO XXI (como la lepra, cae la carne a trozos en las trituradoras de los abortaderos).
La cacareada “Protección de la Naturaleza” es una farsa, una camama; estamos destrozando la naturaleza para vivir nuestra “buena vida” y, a nuestros hijos, que los parta un rayo (o el abortador de turno). Si nos preocupásemos de la naturaleza, de la ecología, del Planeta, no mataríamos la gallina de los huevos de oro, nuestros hijos.
Mienten, engañan con eufemismos ridículos, llamando “Interrupción del Embarazo” a un abominable acto criminal. Cada cosa por su nombre.
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