
¿Qué importan las noches en vela, el trabajo abrumador, o el dolor, o la pobreza? Lo esencial, es conservar en el fondo del corazón la gran fuerza que alienta e impulsa, que aplaca los nervios desatados, que hace latir de nuevo la sangre cansada, que hace arder en los ojos, adormecidos por el sueño, un fuego ardiente y devorador.
Entonces, nada es áspero ya. El dolor se ha transformado en alegría porque, gracias a él, nos damos más por entero, y el sacrificio nuestro se purifica."
Léon Degrelle
No hay comentarios:
Publicar un comentario