El mundialismo es la expresión ideológica de una visión monoteísta del mundo, que pretende imponer a la humanidad entera el reino de un modelo sociopolítico único, basado sobre el poder total de la economía, del dinero, del provecho, de la especulación. El arma favorita del mundialismo es el desarraigo. De ahí que el mundialismo sea inseparable del cosmopolitismo y el mestizaje, ya que no puede funcionar si los pueblos permanecen siendo fieles a su identidad, a sus raíces, a su herencia y, en consecuencia, a la concepción del mundo específica que de todo ello resulta.
El mundialismo se ha propuesto como finalidad erradicar tales obstáculos, como bien lo declaran crudamente e incluso con una cínica satisfacción sus representantes patentados, los Strauss~Kahn, los Attali, los Kouchner y otros zelotes de la misma calaña. En nombre de cierto liberalismo o de cierta socialdemocracia que no son si no las dos caras del mismo monstruo capitalista, un vampiro multiforme ávido de la sangre de los trabajadores y de todos los hombres libres. De ahí que éstos tengan pues como imperativo para sobrevivir abatirlo, sin vacilación, sin estado anímico. No se discute con el Mal. Se le elimina. Éste es el objetivo de la revolución social identitaria.
El mundialismo se ha propuesto como finalidad erradicar tales obstáculos, como bien lo declaran crudamente e incluso con una cínica satisfacción sus representantes patentados, los Strauss~Kahn, los Attali, los Kouchner y otros zelotes de la misma calaña. En nombre de cierto liberalismo o de cierta socialdemocracia que no son si no las dos caras del mismo monstruo capitalista, un vampiro multiforme ávido de la sangre de los trabajadores y de todos los hombres libres. De ahí que éstos tengan pues como imperativo para sobrevivir abatirlo, sin vacilación, sin estado anímico. No se discute con el Mal. Se le elimina. Éste es el objetivo de la revolución social identitaria.
1 comentario:
Exelente texto camaradas.Saludos.
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