Matilde O’Mill secretaria General de la Gobernación, una suerte de “canciller” del gobernador Gerardo Zamora se da el lujo de gestionar, autorizar y mandar a pagar montos millonarios (con dinero del Estado, por supuesto), “distintos servicios”, a su propio esposo, el ingeniero Montenegro, atravez de su empresa Omina.
Esta funcionaria, el viernes concurrió a la “fiesta de gala” que organizó el zamorismo en la asunción del nuevo rector de la Universidad Católica de Santiago del Estero (Ucse), ingeniero Luis Eugenio Lucena. Matilde ofició de “embajadora” de Zamora, aunque de entrada se mostró molesta por los estudiantes que no van a poder cursar sus carreras por falta de recursos, y que a la postre aumentaron el arancel de las cuotas. Estaba indignada por los chicos que quieren ser escuchados y hacerles entender a los “nuevos ricos” (como “Mati” ), que sus padres no pueden pagar una cuota mensual de 625 pesos.
Como a los “radicales” de hoy (bah, “radicales kirchneistas”), a la O’Mill les disgustan las movilizaciones, marchas o protestas de los pobres y desposeídos, a los que no les mira la cara nunca cuando van con sus aflicciones enfrente de la Casa de Gobierno, sencillamente porque ella no atiende a nadie. O está encerrada en su despacho o se desplaza a la oficina de Zamora; lejos de la “chusma” y de los “descamisados”.
Como a los “radicales” de hoy (bah, “radicales kirchneistas”), a la O’Mill les disgustan las movilizaciones, marchas o protestas de los pobres y desposeídos, a los que no les mira la cara nunca cuando van con sus aflicciones enfrente de la Casa de Gobierno, sencillamente porque ella no atiende a nadie. O está encerrada en su despacho o se desplaza a la oficina de Zamora; lejos de la “chusma” y de los “descamisados”.
Luego al finalizar el acto de asunción del rector de la Ucse, Matilde O’Mil se retiró en un lujoso automóvil oficial, Toyota Corolla Patente JOO 558 y, como todo funcionario del “nuevo Santiago”, se cree envuelta con el manto de la impunidad. Atropelló a la estudiante Sara Morales y siguió la marcha sin importarle los daños que le provocó. Claro, sabe que hoy y aquí, nadie la va a investigar y ningún medio va a publicar su delito.Los compañeros llamaron una ambulancia, donde se comprobó que presentaba severas lesiones en un pie, que fue apretado por el automotor.
Viajar en un automóvil, embestir a una persona, abandonarla herida y huir, es una conducta tipificada como delito. “Mati” se ganó esa definición; por más secretaria General de la Gobernación que fuese. Debería haber retenido cuando estudio abogacía, esa parte que dice: “Chocar con el auto, intencionadamente, a una persona, es un delito que se agrava cuando el sujeto autor del hecho huye y abandona al accidentado”. O el párrafo que reza: “Las penas que recibe una persona que comete un delito doloso o intencional son más severas que aquellas que corresponden a quien comete un delito culposo por descuido o imprudencia”.
La “prensa oficial”, ¿por qué será que no se entera de los delitos que cometen los funcionarios zamoristas. ¡Oh, lo que hubiera pasado a un santiagueño común que se haya comportado como un delincuente! Estaría en las tapas y en los noticieros “escrachado” con familia y todo.
La “prensa oficial”, ¿por qué será que no se entera de los delitos que cometen los funcionarios zamoristas. ¡Oh, lo que hubiera pasado a un santiagueño común que se haya comportado como un delincuente! Estaría en las tapas y en los noticieros “escrachado” con familia y todo.
Codigo Rojo.